... Quería castigarme más , me estaba portando demasiado bien.
Sentí que el plug salía hacia fuera. Se cayó. Me quita la mordaza, saco la lengua y me escupe en ella.
Coloca en la pared de la ducha, un dildo.
- Quiero que juegues con él y lo disfrutes como si fuera mi rica polla. Me susurraba al oído.
Me acerca la cabeza hacía él
- Ya sabes lo que tienes que hacer, me dijo, me lo restriega en la cara y dejo que me lo introduzca en la boca.
Quería que lo hiciera tal y como se lo hacía a él. Pero hubo un momento en el que no lo hice como él quería y me castigaba, mordiendo mis pezones, y otras partes de mi cuerpo... me obligaba a llevar mis labios al principio del dildo, ahogándome en él.
Ahora sí nena, así me gusta... Todo para adentro, no pares, me decía...
Mientras él recorría con una mano mi cuerpo bañado en aceite, con la otra, intentaba abrir más mi ano con sus dedos.
A la misma vez que tenía la boca abierta tragándome el dildo,
Noté que algo más grande que un dedo entraba... Mi culito estaba deseando tenerla dentro, vi las estrellas por un momento, después solo era placer. Me encantaba esa sensación, era diferente, algo nuevo para mí.
Cuando él notó que iba a correrse, la sacó, no quería terminar tan pronto, quería durar más. Así que volvió a introducírmela, tocando mi clítoris, mojándolo todo dentro de mí, quería seguir ahí dentro un poquito más.
Me vuelves loco.
Y tú a mí.
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