miércoles, 13 de noviembre de 2019
Ahora, tuya.
Ya en el sofá, me dice que me ponga cómoda.
Me siento encima suya, me agarra el pie, con sus dedos me hace tener cosquillas, me mira,
me río, me deja, y vuelve, pero esta vez por el cuello, y no eran cosquillas, sino caricias con sus labios, que hacían que erectaran mis pezones,...
Deseo tocarle, pero no me deja, él manda, sabe muy bien como hacer que muera de placer. Susurra a mi oído :
- Déjame que te recorra toda. Cada parte de tu cuerpo...( Mientras me lo decía, me quitaba la ropa).
- Hazme tuya, quiero que sigas por ahí, ... Abro mis piernas para que pueda tocarme, pero no lo hace, estoy muy cachonda y mojada.
GEMÍA Y GEMÍA y mi cuerpo enloquecía, tenía una mano recorriéndome cada parte de mí y la otra, a mi cuello apretándolo suavemente, era muy excitante.
Le intentaba besar, me lo impedía y eso me ponía como una moto, tanto que, le intruje su dedo en mi boca, lo mojaba , lo humedecía ...
... Me quitó el dedo, y noté su lengua en mi boca, mordía mis labios...
- ¡Dios, que rico mi amor!. No pares de besarme. Le decía. Mientras le intentaba bajar la cremallera, luego el pantalón, y los calzoncillos... (Ahora sí se dejaba).
La tenía muy dura, a punto de explotar, la recorro con mis dedos mojados en saliva.
No podía esperar, debería estar ya dentro de mí, sigo cachonda, mucho más que antes...