sábado, 26 de noviembre de 2022

SENSACIONES JUGUETONAS II




       
   ... Quería castigarme más , me estaba portando demasiado bien.             
            Sentí que el plug salía hacia fuera. Se cayó. Me quita la mordaza, saco la lengua y me escupe en ella.

 Coloca en la pared de la ducha, un dildo.
  -  Quiero que juegues con él y lo disfrutes como si fuera mi rica polla. Me susurraba al oído.
           Me acerca la cabeza hacía él 
- Ya sabes lo que tienes que hacer, me dijo, me lo restriega en la cara y dejo que me lo introduzca en la boca.  

Quería que lo hiciera tal y como se lo hacía a él. Pero hubo un momento en el que no lo hice como él quería y me castigaba, mordiendo mis pezones, y otras partes de mi cuerpo... me obligaba a llevar mis labios al principio del dildo, ahogándome en él.

Ahora sí nena, así me gusta... Todo para adentro, no pares, me decía... 
Mientras él recorría con una mano mi cuerpo bañado en aceite, con la otra, intentaba abrir más mi ano con sus dedos.
A la misma vez que tenía la boca abierta tragándome el dildo,
 Noté que algo más grande que un dedo entraba... Mi culito estaba deseando tenerla dentro, vi las estrellas por un momento, después solo era placer. Me encantaba esa sensación, era diferente, algo nuevo para mí.
                 
Cuando él notó que iba a correrse, la sacó, no quería terminar tan pronto, quería durar más. Así que volvió a introducírmela, tocando mi clítoris, mojándolo todo dentro de mí, quería seguir ahí dentro un poquito más.

Me vuelves loco.

Y tú a mí. 


                
               

                 

domingo, 19 de abril de 2020

SENSACIONES JUGUETONAS I


       
      Todo un fin de semana lo tenía para mí, él, que era un chico muy ocupado,
       me dijo que le apetecía que fuera su sumisa ( no me negué).
       Me citó en un hotel, tenía todo preparado para jugar.
       Puso unas reglas antes de empezar:

             - Estar de acuerdo con la utilización de cuerdas, dildos, mordazas, vibradores,
                 látigo, esposas, plug anal, lubricante, aceite,...
              - No hablar, ni gemir. Si lo hacía, me castigaba dándome unos azotes en el culo.
             - Responder si o no con la cabeza.
             - Permitir el sexo oral, vaginal y anal.
             - Dejar que me escupa, que me grabe,...
             - Hacer garganta profunda incluyendo arcadas y vómitos.
     
               
    Estuve de acuerdo con las reglas. Se acerca a mí y me va quitando la ropa.
    Me quita el vestido, las braguitas, me recoge el pelo y me obliga
   a tumbarme en la cama. Desnuda, me alza los brazos, me ata las manos
   con una cuerda, suavemente, y luego, me coloca una mordaza,
   enseguida empieza a salir saliva.
   Estoy tan excitada y nerviosa.
   Comienza a desabrocharse el pantalón y quitarse la camiseta... Se queda sin nada.
   Me coge y me lleva a la bañera. Embadurna mi cuerpo en aceite tocándome entera.
   Exigía que me pusiera de rodillas y de espaldas. Así hice.

              - ¿Quieres que te folle nena?
              -  Me giro y le dije que si con la cabeza.
                       
    Me inclina bruscamente hacia delante, me agarra de la cintura e introduce
    su polla dentro de mi, noto como su gran miembro choca en el interior
    de mis paredes, gimo, me da un fuerte azote en el culo y me tira del pelo.
    Estimulaba mi ano con el plug, queriéndolo abrir poco a poco,
    llegando a introducirlo, pero estaba tan cachonda que se expandía solito,
    seguía dándome duro.
    Quería decirle que me frotara el clítoris pero no podía hablar.
    Intento tocármelo, me ve, me dice que no vuelva a hacer eso,
    y empieza a darme unos golpecitos con su mano derecha. Me estremecí.
    Tenía el plug en el ano, su polla en mi vagina, y su mano en mi clítoris.
    Era una explosión de placer.
    Nuestros cuerpos estaban mojados...
   El sudor de ambos y el aceite se mezclaban...
               
                   
                    
                         

jueves, 26 de marzo de 2020

Bésala


Ese día por la mañana, no quería que fuera a su casa, decía que tenía cosas que hacer, lo notaba nervioso. Algo me escondía.
Así que decido ir después de comer, de sorpresa. Tenía las llaves de su casa, por lo que pude entrar. No había nadie. Preparé unos crêps con chocolate y fresas para jugar un poco... Y me senté en su cama. Eran las 5 y media y aún no había llegado... 
De pronto, escucho la puerta y unas risas... estaba con otra chica.
No supe reaccionar y me escondí en el armario.
Los vi, vi como  se besaban y se tocaban.
Eso me gustó, me gustó verlo con otra chica que no fuera yo.
Algo faltaba en nuestra relación.
Me golpee con una percha y se escuchó en todo el cuarto. Me habían pillado.
Mi marido abrió el armario. Se quedó sin palabras.
Me abalancé sobre él y le besé. Le quité la poca ropa que llevaba.
Me presento a la chica y le planté un buen morreo. Era alta, rubia, tenia los ojos azules y unas tetazas para fijarse en ellas.
Seguimos besándonos, ella y yo. Mi marido estaba cachondísimo, jamás lo había visto así. Se tocaba y se masturbaba mordiéndose el labio. Puse mi triangulito encima
de su boquita, deseaba estrangularlo entre mis piernas.

Él tocaba mi culo, yo los pechos de la chica, ella los míos, mientras se metía el pene lentamente en su vagina.
Estuvimos un rato en esa postura, después cogí las fresas y se las puse a él,
una en la boca, otra en el pecho, en el ombligo, y la última
se la restriego por toda la polla y me la meto en la boca, mmmmm deliciosa.
Mientras la compañera se comía las demás fresas, me pongo toda su verga en la boca. Estaba tan excitado que se vino enseguida.
Nosotras seguíamos como perras en celo, no nos podía dejar así.
Él le comía el coño a ella, a la vez que me masturbaba. Y al revés.

Fue de locura. Volvería a repetir. Así que decidimos llevar una relación abierta en todos los sentidos.

lunes, 10 de febrero de 2020

Aquel chico



     Tenía que irme temprano para casa, así que preparé la ropa, la metí en la maleta
     y salí pitando. Me subí en el bus. Estaba un poco vacío  porque llegué antes de tiempo.
     Me senté, y al cabo de un rato, se empieza a subir gente. Un chico se sienta a mi lado.
     Quito las cosas del asiento y las dejo en el suelo.

     En el camino notaba que me miraba de reojo, me dijo que le sonaba mi cara,
     pero a mi la suya no era recordada. Hubo risas y tonteo.
     Mientras me hablaba, le miraba a los ojos y fantaseaba en mi cabeza lo que
     pudiera ocurrir a continuación.
     Deseaba que me dijera cosas sucias que subiera la mano por mi muslo y
     me levantara la falda, tocara mi pubis, seguido de mi clítoris y finalmente
     mi vagina introduciendo sus dedos ya humedecidos con su saliva, poco a poco.

     A la vez que le besaba,  le desabrochaba el pantalón, me apetecía tenerla en mi mano,
     saber como era. Tocarla. Seguro que suave y quizás un poco mojada.
     Pensaba en follármelo ahí mismo.
     Me imaginaba encima de él, moviendo mis caderas en vaivén, con cambios de ritmo
     dignos de placer, estimulando mi ano, para que pudiera entrar una pequeña parte de su
     dedo o tal vez todo su pene.
     Llegué a mi destino con las braguitas mojadas.
     Y deseaba masturbarme pensando en aquel chico.
     Solo estuvo un momento en mi mente. Que sensación esa, la de sentirte, deseada...

 
   

   




   
   
     
     

miércoles, 27 de noviembre de 2019

Todo mojado.


    En mitad de la noche de verano, se escuchaba el motor de los coches y sobretodo la respiración de mi chico, cerca de mi. Estaba profundamente dormido.
Había tenido un sueño que me hizo despertar y querer hacerlo realidad.
En el sueño, le metía mano  "mientras duerme", entre comillas,
porque se enteraría de todas maneras..
Intenté dormir un poco, pero lo cachonda que estaba de solo pensar en eso, 
se me hacía imposible dormir...
Se hizo rápidamente de día.
Él aún no había despertado. No quería despertarlo.
Así que, me quité el pijama (no llevaba ropa interior).
Quería que al despertar me viera completamente desnuda.
Me quedé embobada mirándole, de arriba a bajo. Pensando como actuar.
Como hacer que se corra en sueños.
Comencé a levantarle la parte de arriba del pijama y  a tocar su abdomen con mis dedos, seguí por sus bóxer, los intentaba bajar, y acariciar su cola...  ya la tenía dura. Creo que lo he despertado.
Solo con rozar su cuerpo, imaginaba su miembro dentro de mi.
Me bajé a recorrer su pene, despacio, con movimientos suaves con mi lengua de arriba abajo, hasta metédmela entera en la boca. Ahora, se estaba haciendo el dormido.
Cada vez que él se movía, yo temblaba, me tocaba suavemente mis senos, hasta llegar a mi sexo.
Me masturbaba.



 

viernes, 15 de noviembre de 2019

Déjame tocarte.


Un nuevo día, una nueva polla estaba en mi cama... De solo imaginármelo me excita. Sentía la        necesidad de buscar a una persona que me diera un nuevo placer por descubrir, estaba soltera y hacía meses que no tocaba a un hombre.
Nos conocimos en una noche de fiesta, en una discoteca. Tenía sus ojos en mí todo el tiempo, no apartaba la mirada. Me gustaba que lo hiciera.
Era un chico alto, de pelo moreno y de piel y tenía unos labios gorditos ricos para morder. Para mí, era un pivón.
De esos chicos que dices, a ese me lo tengo que empotrar donde sea, como sea y a la hora que sea.
Cuando voy al servicio ( que estaba detrás suya), tenía que pasar por su lado, quería pasar por su lado, no había otra manera. Lo hice, me cogió suavemente del brazo
y me dijo:
       - Te he estado observando un rato, y eres preciosa.
Me fui rápidamente al baño. No podía pararme. Sentía que me orinaba encima.
Salgo del baño y allí está... Me estaba esperando. Comenzamos a hablar, bailar muy pegados, hasta que,  llegué a rozar su pene grande y duro detrás de mi culo,
me intenté apartar, pero él no podía dejar de pegarse contra mi, empezó a rozar sus labios en mi oreja,... nos besamos.
Y directamente fuimos al baño,
solo imaginaba que rozaba su lengua en mi clítoris,... , leyó mi mente. Me subió la falda, me bajó las braguitas y
me comió el coño como nadie lo había hecho hasta entonces. Me hizo mojarme, mucho,...
Le digo que suba que ahora me toca a mi, pero él quiere seguir un poco más ahí abajo, me corro en su cara.
Quería que disfrutara y me hizo disfrutar mil veces más. Ahora somos, amantes...

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Ahora, tuya.


        Ya en el sofá, me dice que me ponga cómoda.
  Me siento encima suya, me agarra el pie, con sus dedos me hace tener cosquillas, me mira,
me río, me deja, y vuelve, pero esta vez por el cuello, y no eran cosquillas, sino caricias con sus labios, que hacían que erectaran mis pezones,...
Deseo tocarle, pero no me deja, él manda, sabe muy bien como hacer que muera de placer. Susurra a mi oído :
    - Déjame que te recorra toda. Cada parte de tu cuerpo...( Mientras me lo decía, me quitaba la ropa).
    - Hazme tuya, quiero que sigas por ahí, ... Abro mis piernas para que pueda tocarme, pero no lo hace, estoy muy cachonda y  mojada.

GEMÍA Y GEMÍA y  mi cuerpo enloquecía, tenía una mano recorriéndome cada parte de mí y  la otra, a mi cuello apretándolo suavemente, era muy excitante.
Le intentaba besar, me lo impedía y eso me ponía como una moto, tanto que, le intruje su dedo en mi boca, lo mojaba , lo humedecía ...

... Me quitó el dedo, y noté su lengua en mi boca, mordía mis labios...
    - ¡Dios, que rico mi amor!. No pares de besarme. Le decía. Mientras le intentaba bajar la cremallera, luego el pantalón, y los calzoncillos... (Ahora sí se dejaba).
La tenía muy dura, a punto de explotar, la recorro con mis dedos mojados en saliva.
No podía esperar, debería estar ya dentro de mí, sigo cachonda, mucho más que antes...